Una historia sin límites: Juan Esteban Scarpetta
noviembre 12, 2021Por: Ingrid Vallejo
Profesional en Deporte
MS.c Metodología del entrenamiento deportivo
Docente de la IU Escuela Nacional del Deporte
Fotos: Indervalle e Ingrid Vallejo
Sus inicios en el atletismo de campo
Juan Esteban Scarpetta tenía 15 años cuando empezó su carrera deportiva en el año 2014. En sus inicios conoció al actual coordinador del programa de Tecnología de la Institución Universitaria Escuela Nacional del Deporte, profesor Néstor Miller, quien vio un potencial en él para presentarlo a varios entrenadores del deporte paralímpico en diferentes disciplinas deportivas. Juan Esteban practicó judo y natación, hasta llegar al atletismo de pista, donde conocería al entrenador que lo ha acompañado siempre, el profesor Freiman Arias, en la modalidad de lanzamiento. Su debut fue en el año 2015 en un Grand Prix, donde logró la clasificación para los Juegos Para-Nacionales.
En noviembre de 2016, en Medellín, ganó oro en el Grand Prix. En marzo de 2017 debutó con la Selección Colombia, incorporándose a la categoría sub 20 en el deporte paralímpico en los Juegos Para panamericanos en Sao Pablo, Brasil, donde ganó la presea de oro.
Su familia ha sido un pilar fundamental para continuar el camino del deporte. “El resto de la lucha es personal, es una batalla constante con uno mismo”, expresa Juan Esteban y en esto coincide con su entrenador Freiman. “Mi entrenador en la etapa juvenil ha sido muy importante, porque siempre me mostró el talento que tenía y fue enfático en que había que trabajar”, añade el joven. Tiene algo muy claro: “se puede tener talento, pero si no se entrena realmente, el talento no sirve”. Juan Esteban perseveró en el lanzamiento de bala y ha alcanzado metas que se van convirtiendo en la motivación para mantenerse en los primeros lugares siempre.
Para él, la discapacidad se vuelve algo insignificante a la hora de competir. La imagen del deportista en competencia se caracteriza por la agresividad, la garra y el carácter, pero él no deja de ser la persona que es cuando está fuera de competencia. La experiencia y el sentir de Juan Esteban permiten comprender que ser un deportista paralímpico se convierte en algo como “saltar de un avión sin saber a dónde se va a caer, es solo seguir el instinto”, como él lo menciona. “La competencia es una competencia y fuera de ella los competidores somos amigos”, asegura.
Actualmente, Juan Esteban está cursando cuarto semestre de su carrera profesional en Deporte, en la Institución Universitaria Escuela Nacional del Deporte. El énfasis de su disciplina deportiva es el levantamiento de pesas, ya que es una disciplina transversal para el desarrollo físico de otros deportes.
Sintiendo la visión
“Ser sus ojos”, así es como Juan Esteban Scarpetta define el significado de un guía en el deporte paralímpico. “Uno hace la función que sus ojos no pueden hacer”, señala el joven, quien cuenta con una limitación visual y dice tener algunos restos de visión en su ojo izquierdo. ¿Cómo se puede ser guía cuando la limitación es compartida? ¿Qué tanto comprendemos “los convencionales” de la función de la visión? Como docente de deporte, participo desde la ignorancia de preguntar lo que muchos especialistas en el área, y específicamente en el contexto del entrenamiento deportivo, desconocemos.
Me pregunto si alguna vez realmente miramos a nuestros atletas, estudiantes, con la visión del mundo que los rodea, y si desde allí el coraje nos encara para acompañar procesos metodológicos con estructuras que encajen con su realidad y no con la supuesta. ¿A qué dirección nos dirigimos? Como bien explicaría Scarpetta, la clave que usa para saber hacia dónde se dirige la bala en el campo es la ubicación espacial, porque no se tiene una línea de referencia, sino que se debe construir un mapa mental de la zona de lanzamiento.
Para esto, debe ir hasta el final de la zona de lanzamiento y ubicarse en el centro del área de caída, una zona delimitada por dos líneas hacia el campo de lanzamiento. Juan Esteban debe ir obligatoriamente a la línea y ubicarse en el centro del círculo, porque el gesto deportivo lo realiza igual. “Sé que, si siempre estoy en el centro del círculo y tomo mi distancia para realizar el gesto desde el pozo de lanzamiento, mi gesto sale bien, porque lo más importante es ubicarse en el centro del círculo. Además, soy muy alto y esto permite que la bala llegue a la zona de campo a donde tiene que llegar. Todo esto depende de cada deportista”, apunta Juan Esteban.
Cuando ha tenido que ir a competir a otros lugares y tiene dificultades de ubicación espacial, se permite poner un punto de referencia con objetos como esparadrapo, un pañuelo o algo que se pueda mirar. En estos casos, el entrenador participa para ubicar el centro según las circunstancias de la competencia.
Su experiencia como guía
Aunque muy poco ha tenido un guía a su lado, Scarpetta sí ha acompañado a otros atletas con limitación visual, entendiendo que ser guía significa estar siempre al lado del atleta. Además, ayuda con la activación y el estiramiento. El guía tiene prohibido realizar correcciones técnicas, a no ser que haga uso de la zona de entrenador. Brindar acompañamiento como guía le hace entender que existe una responsabilidad entre el deporte en busca del rendimiento deportivo y el desarrollo de una competencia, pero a la vez, cuidar del ser de ese atleta como deportista. En otras palabras. “Ser guía es ser los ojos de la persona, porque uno hace la función que sus ojos no pueden hacer, es una satisfacción grande el poder ayudar a las personas, finalmente uno trata de ser el guía que desea que fueran con uno”, resume el joven deportista.
Una de las experiencias más significativas fue el acompañamiento a una atleta de pista, que lamentablemente falleció. En su proceso dejó muchas enseñanzas de vida, como ser paciente, debido a que el guía debe interiorizar su mundo, ser empático y a partir de ahí, con creatividad, encontrar herramientas o formas didácticas para que aprenda el gesto deportivo. Esto repercute en saber aplicar principios pedagógicos, como el principio de la individualización, que es determinante al momento de ser guía de un atleta. Juan Esteban comparte dos reflexiones:
“Muchas veces, como seres humanos, pensamos que el mundo nos debe algo, cuando realmente nacimos para servir, y ser guía hace parte de esa filosofía de nacer para servir. Es sentir que se está cumpliendo esa función para ser parte de la sociedad”.
“La discapacidad física puede llegar a pesar más que tenerlo todo físicamente, pero si mentalmente tienes barreras, se convierte en una manera de vivir con la discapacidad”.
Finalmente, el guía se destaca por llevar a su deportista a dar el 100%, haciendo que el atleta se sienta cómodo en su zona y pueda dar un buen rendimiento. Una de las razones es la conexión íntima que se desarrolla con el deportista, a tal punto de hacerle sentir que son uno solo. Por tanto, la cualidad para ser guía va mucho más allá de ser un atleta de alto rendimiento o de mejor nivel físico, pues requiere ser paciente, empático y creativo.
“La adversidad hace que algunos hombres se rompan; otros rompen sus límites”.
William Arthur Ward.